Según el derecho internacional, toda persona tiene derecho a vivir libre de arresto o detención por: razones no establecidas por la ley; incapacidad de cumplir una obligación contractual; ideas, creencias, conciencia o religión; opiniones o la expresión pacífica de ellas; participación en reuniones pacíficas; asociación pacífica con otros, incluida la afiliación sindical; o identidad, incluyendo "raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social" (PIDCP, Parte II, Artículo 2; Parte III, Artículos 9, 11, 18, 19, 21, 22 y 26).